lunes, 3 de junio de 2013

LA OBESIDAD COMO ENFERMEDAD MITOCONDRIAL (4ª PARTE)

Bueno, continuamos...,

   En el anterior post vimos la ineficacia que pueden tener las distintas dietas a la hora de perder grasa si la flexibilidad metabólica no se ha instaurado nuevamente en nuestro organismo. Por tanto éste es el primer punto en el que nos deberemos de centrar con el fin de devolver a nuestro cuerpo la efectividad a la hora de obtener energía de los alimentos. Los sustratos energéticos que son empleados principalmente para éste fin, son los ácidos grasos y la glucosa, ambos han de ser oxidados adecuadamente para que sean transformados en adenosín trifosfato (ATP), la cual podemos decir que es un "almacén de energía" que será liberada cuando las necesidades energéticas de la célula así lo demanden; ésto ocurre mediante una reacción que rompe la molécula de ATP, para dar adenosín bifosfato (ADP) y un fosfato libre. También se podría obtener energía, aunque menos que la reacción anterior, por una nueva fractura del ADP, para dar en ésta ocasión adenosín monofosfato (AMP) y un fosfato libre. Cuando en la célula existe suficiente energía se podría producir la reacción inversa es decir obtener ATP a partir del ADP y un fosfato.



   En función de la actividad física que se realice se puede obtener ATP por diferentes vías. Vamos a verlas de manera muy resumida.

-SISTEMA DE FOSFÁGENOS (ANAERÓBICO ALÁCTICO). La célula muscular contiene una determinada cantidad de ATP lista para usarse, pero ésto solo da energía para unos pocos segundos, por lo que se necesita reciclar el ADP para formar nuevamente ATP. Éste reciclaje se realiza gracias a un compuesto que también se encuentra en la célula llamado fosfocreatina, el cual dona el fosfato requerido (catalizada por la enzima creatinquinasa). La energía obtenida de éste modo nos da un margen de unos 8 o 10 segundos, hasta que finalmente se agota la fosfocreatina, por lo que en caso de ser necesario más energía necesitaríamos pasar al siguiente sistema.

-SISTEMA DEL ÁCIDO LÁCTICO O GLUCÓLISIS ANAERÓBICA. Con éste sistema obtendríamos energía para actividades de duración inferior a 90 segundos. Para ello se utilizaría el glucógeno muscular, que es la forma en que se almacena la glucosa. Por un proceso de glucogenólisis se obtendría glucosa, o bien la molécula podría penetrar como tal al interior de la célula procedente de la circulación sanguínea. Después de una serie de reacciones por cada molécula de glucosa obtendríamos dos de ácido pirúvico que el ausencia de oxigeno derivarían en la formación de ácido láctico con una producción neta de 2 ATP. Éste sistema degeneraría finalmente por la acidez generada por los iones de hidrógeno formados.


-RESPIRACIÓN AERÓBICA. Y por fin llegamos al tercer sistema, que es en definitiva el que nos interesa, pues acontece en el interior de la mitocondria, y además el único que nos permite obtener energía no solo de la glucosa, sino también y más importante para nuestros fines, de los ácidos grasos.  Veamos, en el anterior sistema, la glucosa, mediante distintas reacciones llegaría a transformarse en ácido pirúvico, donde habría dos posibilidades, la primera es que en ausencia de oxigeno se transforme en ácido láctico de ésta manera se podría obtener 2 ATP (como ya hemos visto) y la segunda opción es la que permitiría la entrada de ése ácido pirúvico en la matriz mitocondrial donde el complejo enzimático piruvato deshidrogenasa lo transformaría primeramente en ácido acético, que al ser captado por la coenzima A se convertiría en acetil-CoA que entraría en el ciclo de Krebs, finalizando en la fosforilación oxidativa, cuyo resultado neto sería la creación de 36 ATP por cada molécula de glucosa. Por otro lado los ácidos grasos que se infunden en el interior de la célula serían primeramente activados hasta convertirse en acil CoA de cadena larga, y luego por el sistema transportador de la carnitina penetraría en el interior de la mitocondria a lo que se denomina ciclo de la BETA OXIDACIÓN, donde el ácido graso sería cortado de dos en dos para producir en cada vuelta del mencionado ciclo una molécula de acetil- CoA, que igualmente podría entrar al ciclo de krebs para obtener energía. Por ejemplo el ácido esteárico que es una molécula de 18 carbonos produciría 9 de acetil CoA y finalmente se podrían llegar a obtener 146 ATP

   Por tanto, cualquier problema que exista en las centrales eléctricas, que son nuestras mitocondrias se inhabilitaría éste último sistema, por lo que no podría ser utilizado con eficacia por nuestro cuerpo, abocándonos de manera indefectible a los otros dos sistemas como únicas formas de obtener el codiciado ATP. Y a medida que nuestras mitocondrias son dañadas o inutilizadas, nos veríamos cada vez más imposibilitados de OXIDAR GRASAS, Y ESOS ÁCIDOS GRASOS QUE SE INFUNDEN EN NUESTRAS CÉLULAS PERO FINALMENTE NO SE UTILIZAN (PORQUE NO SE PUEDE) quedarían depositados induciendo RESISTENCIA A LA INSULINA, por lo que también tendríamos más dificultad para utilizar la glucosa. Nefasto, ¿verdad?. No obstante, y no es la primera vez que lo menciono, existen bastantes estudios que muestran que el CÁNCER ES UNA ENFERMEDAD MITOCONDRIAL.  Evangelos Michelakis y su equipo de la Universidad de Alberta en Canada, llegaron a la conclusión "que tal vez el fenotipo metabólico del cáncer se deba a una remodelación de la que mitocondria, que suprime la fosforilación oxidativa, aumenta la glucólisis y detiene la apoptosis", o también las palabras Dr. Gottfried Cornelissen "El cáncer es una consecuencias del daño sostenido sobre el metabolismo de las mitocondrias resultado tanto de una deficiencia nutricional como el impacto de tóxicos sobre la mitocondria". ¡Ahí dejo esas ideas!.

    En resumidas cuentas, existen una serie de sustancias que tienen la capacidad de dañar nuestras mitocondrias, como pueden ser las siguientes:
  • Disruptores endocrinos
  • Metales pesados como el mercurio y el cadmio
  • Benzoato de sodio, que suele emplearse en los refrescos.
  • Jarabe de Maíz alto en fructosa.
  • Ciertos medicamentos.
    Por otro lado, existen estudios que indican que una persona con 90 años tiene ya el 95% de sus mitocondrias dañadas, por lo tanto a medida que envejecemos iremos sufriendo un progresivo deterioro de nuestras centrales eléctricas y máxime si nuestra vida es totalmente sedentaria y además la acompañamos de sustancias, como las descritas, con el potencial de dañarlas.

    Por tanto, si nosotros queremos restablecer ese equilibrio energético que se produce por un funcionamiento correcto de nuestras mitocondrias, debemos hacer todo lo posible por procurar su integridad, así como realizar las labores necesaria para aumentar su número dentro del músculo esquelético. Hemos de pensar que si los alimentos que consumimos no se transforman en energía porque nuestras mitocondrias están dañadas o son insuficientes, la primera consecuencia que tendremos es una tendencia progresiva a la OBESIDAD, pero no solamente engordaremos, sino que a pesar de consumir un buen número de calorías nuestro cuerpo no podrá obtener el suficiente ATP no sólo para el funcionamiento de nuestros músculos, sino también para la movilidad de nuestro esperma, para crear anticuerpos, para que el hígado pueda realizar su función dextosificadora, etc,etc,etc. En definitiva, sin el suficiente ATP muchas de las funciones de nuestro cuerpo dejarían de producirse, o lo harían de un modo ineficiente.

  CONCLUSIÓN, si percibimos que nuestro cuerpo tiende a acumular tejido adiposo a pesar de consumir muy baja cantidad de alimentos, o por contra, si realizamos un buen número de comidas al día, pero no dejamos de tener hambre a cada momento, o incluso nos levantamos a comer por la noche, podríamos sospechar un daño en nuestras mitocondrias y por tanto una menor cantidad de ATP producido. En ésta situación cualquier dieta resultará siempre ineficaz. 

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