viernes, 14 de junio de 2013

DÍAS DE ENTRENAMIENTO MUY INTENSO A LA SEMANA

   Pudiera parecer que no presto el mismo interés a los deportes de alta intensidad, que a los de moderada y baja, pero ésto no es así, simplemente considero que las intensidades elevadas han de tener una frecuencia adecuada para evitar sobrecargas innecesarias, no sólo a  músculos, ligamentos y articulaciones sino también a nuestro Sistema Nervioso Central (SNC). Ésta fatiga central es algo que ha de ser tenido en cuenta, máxime si se realizan ayunos y nuestros niveles de glucógeno previo son bajos, como vimos anteriormente.

   Pero la cuestión es, la siguiente: ¿cuántos días a la semana se puede entrenar con intensidades muy elevadas?, pero como siempre la respuesta no es sencilla, porque es algo que cae en la esfera de lo subjetivo. Por regla general, creo que ese número de días a la semana podría rondar entre dos y tres, nada más. Significa ésto, que rutinas dividas del cuerpo realizada 5 ó 6 veces a la semana pueden ser excesivas para la gran mayoría de las personas. No quiero decir que no se puedan realizar, de hecho constituyen la forma habitual de entrenar en la mayoría de los gimnasios, pero el que se haga no quiere decir que sea lo más efectivo.



  Nosotros podemos entrenar un día con una intensidad extrema, y al día siguiente también, pero, ¿hasta cuando?, ¿cómo podemos percibir que lo que estamos haciendo es correcto para nuestros fines?. Ésto es lo importante que debemos tener presente. El problema es que sólo podemos seguir un único camino, y por tanto nos limitamos a los beneficios o perjuicios que éste nos ofrece, de tal forma que al hacer las cosas siempre del mismo modo, tendremos unos resultados que consideraremos "los normales", tanto para bien como para mal. Pero cuando todo el mundo realiza las cosas de ése mismo modo, al final podremos pensar, que ésa es la única forma posible de hacer las cosas, y que en definitiva es lo que hay que hacer, por lo que no hay nada que cuestionarse. Lo hemos visto con la comida, cuando se nos decía que la dieta debía ser alta en hidratos de carbono y baja en grasas, o que hay que realizar 5 ó 6 comidas diarias, o que el ayuno es algo pernicioso que puede causar muchos problemas de salud, y sobre todo si realizas algún tipo de actividad física. Pero nada más lejos de la realidad, cuando todas éstas consideraciones toman la consistencia de "fundamentales", al final se constituyen como la estructura de tu propio pensamiento que hacen imposible su cuestionamiento..., lo podrás hacer con el resto de las cosas que conoces, pero con los pilares básicos con los que percibes el mundo, jamás.

  Pero salir de ése camino prediseñado, que todo el mundo sigue, como si las alternativas no existiesen para determinadas cuestiones, requiere unas dotes elevadas de objetividad. Cuando uno sigue la senda transitada por la que la gran mayoría camina, es relativamente fácil encontrarse bien, porque en dicha situación hay pocas cosas que cuestionarse, y las encrucijadas a las que podemos llegar son fácilmente discernibles, pues las dudas que nos puedan surgir ya han sido resueltas por otros, pero cuando decidimos salir de la ruta marcada, las alternativas a las que nos enfrentaremos serán muchas y no contaremos con el apoyo de las soluciones ya dictadas, sino que tendremos que tener un elevado criterio de objetividad para saber que los que hacemos es lo correcto. Pero al fin y al cabo la vida se trata de éso precisamente, experimentar y buscar las alternativas que nos reporten cosas positivas. Cada uno debe buscar las suyas propias, es una cuestión personal y a la vez objetiva con el fin de no empecinarnos en soluciones equivocadas, porque éstas sin duda aparecerán.

  Volviendo a los días de entrenamiento intensivo, nosotros podemos considerar que entrenar 5 ó 6 veces a la semana de manera intensiva es lo correcto, porque todo el mundo lo hace así, o porque lo dice el monitor del gimnasio, o porque pago a un entrenador que es la "hostia" y así me lo ha puesto en el programa, etc, etc. Pero en realidad, ¿podemos entrenar tantos días seguidos a ésa intensidad?, ¿hemos probado a caso, entrenar una, o dos, o tal vez tres veces a la semana para ver los resultados?, ¿por qué entonces he de considerar que entrenar 5 o 6 veces es lo más adecuado para mí?. Probar éstas cosas requieren tiempo, y muchas veces no disponemos de él..., además probar cosas cuando uno está enfrascado en la consecución de unos objetivos podría hacerlos peligrar.

  Cuando yo empecé con una dieta cetogénica durante unos cuantos meses mi rendimiento se resintió, pero decidí continuar a pesar de los resultados negativos que estaba obteniendo, al menos un poco más, hasta que efectivamente ésa ligera mejoría comenzó a plasmarse como una realidad que podría percibir día tras día hasta llegar a superar mi anterior situación. Es cierto, me la jugué, pero me salió bien. Aunque también es cierto que en ése momento no competía en nada, algo que sin duda hubiese disminuido mi capacidad al menos durante los primeros meses.

    Pero ahora, al leer ésto, podrías pensar que las cetogénicas son lo mejor, pero la respuesta es, tal vez. Éso es algo que a mí particularmente me fue bien, pero luego percibí que si metía algo más de hidratos, no muchos por cierto, me sentía mejor, ¿cuántos hidratos entonces?, éso si que es una cuestión muy particular, que os corresponde a cada uno encontrar. Pero incluso, con una dieta cetogénica puede que haya alguien que no acabe de mejorar ni después de unos cuantos meses; en ésta situación que también nos podríamos encontrar, no queda más remedio que desandar los pasos e ir aumentando hidratos y bajando grasas hasta encontrar el equilibrio justo. ¿Quién dice que en la vida los caminos individuales son fáciles?.

Recapitulando, lo que quiero decir, es que es importante..., mejor dicho, fundamental, encontrar el número de días que podemos entrenar con intensidades muy elevadas, puede que en nuestro caso particular, sea solo un día a la semana, o tal vez dos, o quizás más, pero encontrar el número óptimo de días se vuelve en algo prioritario, porque en definitiva éstos días se constituyen en el resorte más importante para inducir una serie de transformaciones en nuestro cuerpo. Si nos quedamos corto, limitamos el cambio, y si nos pasamos desgastamos nuestro organismo. Los alimentos en éste sentido son igualmente importantes para apuntalar las posibles transformaciones inducidas por nuestro entrenamiento, pero sin el estimulo adecuado ése potencial inherente que la comida otorga se diluye bastante.



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