lunes, 13 de mayo de 2013

FACTORES LIMITANTES DE LA TESTOSTERONA

Son muchos los aspectos que pueden influir en los niveles circulantes de testosterona en el cuerpo, y ésto es algo importante para tratar de mantener ésta hormona en los niveles adecuados. La testosterona siempre ha sido considerada como la responsable del aumento de los rasgos viriles en el hombre, como pueden ser el aumento de fuerza y masa muscular, desarrollo de los órganos sexuales, la producción de esperma, la densidad osea, el aumento de vello corporal y actitudes más competitivas, entre otras. En contraposición a ésta hormona nos encontramos su referente femenino, el estrógeno. El estrógeno es la hormona encargada del desarrollo de senos y caderas, de la disminución del bello corporal y las  cuerdas vocales, así como, de una actitud más maternal.

  En el hombre puede haber una pequeña parte de estrógeno, y en la mujer una pequeña parte de testosterona, ésto incluso puede ser positivo para ambos, pero existe la posibilidad de desequilibrio cuando esas hormonas tienden a la igualdad, es decir cuando en el hombre la testosterona disminuye y el estrógeno aumenta y en la mujer todo lo contrario, cuando disminuye el estrógeno y  aumenta la testosterona.



  En esencia, el proceso de producción de testosterona comienza en el cerebro. Cuando hay baja cantidad de testosterona en el cuerpo es percibido por el hipotálamo que segrega la hormona liberadora de gonadotropina, ésta hormona a su vez estimula la pituitaria para que segregue hormona luteinizante (LH), que  finalmente estimularía la producción de testosterona por la células de Leyding en los testículos. Pero hay diversos factores que podrían alterar los niveles de testosterona circulante y/o incidir en los propios receptores celulares de la testosterona, dando lugar a una serie de trastornos que vamos a ver a continuación.

-Baja producción de testosterona: Aunque puede deberse a lesiones, trastornos hormonales, diversas enfermedades, medicamentos (como las estatinas) o factores genéticos, éstas suelen ser las causas "menos frecuentes", en cambio entre las más comunes, nos encontramos casi siempre la alimentación y el estrés. Veamos como pueden influir en la producción de ésta hormona. En primer lugar, una dieta hipocalórica, o como consecuencia de la lipofobia existente, baja en grasas saturadas (principalmente),  podría dar lugar a una menor producción de colesterol el cual es el precursor necesario para la producción de testosterona. De éste modo, dietas hipocalóricas o baja en grasas pueden reducir la producción de colesterol, y afectar con ello la concentración en plasma de testosterona o lo que es más importante DHA (dehidrotestosterona) que es mucho más potente que la anterior.

   Por otro lado, los niveles de CORTISOL elevados disminuyen la producción de testosterona. (Aprovecho para indicar que ésto no es sinónimo de sobreentrenamiento, sino más bien las consecuencias de un entrenamiento intenso. Según diversos estudios el sobreentrenamiento real produce una supresión de cortisol, testosterona y hormona de crecimiento, y un aumento de las catecolaminas nocturnas, además de una disminución del rendimiento y alteración del estado de ánimo).

   La explicación de ésta interferencias del cortisol en la producción de testosterona podría deberse a lo siguiente: cuando las células de Leydig de los testículos se desarrollan, aumentan en paralelo la cantidad de enzima la 11ß HSD-1 que facilita la labor del cortisol para que dichas células se dividan y desarrollen, pero cuando esas células han madurado completamente aún siguen manteniendo un gran número de receptores de glucocorticoides que podrían interferir con la producción de testosterona cuando la cantidad de CORTISOL es elevada, parece ser pues, que la función de ésta enzima es doble,  por un lado ayuda al desarrollo de éstas células y por otro lado, mantiene la producción de la testosterona, evitando además que los niveles de cortisol bajen su producción, pero cuando los niveles de cortisol son muy altos, simplemente ésta enzima se ve desbordada para llevar a cabo su función, y se acaba finalmente disminuyendo la producción de testosterona.

   En éste sentido, los niveles muy elevados de CORTISOL pueden deberse al estrés, falta de horas de sueño, entrenamientos muy intensos y duraderos, y como no, al envejecimiento. Por otro lado los síntomas de una baja producción de TESTOSTERONA son pérdida de masa muscular, disminución de la libido, problemas de erección, fatiga, dificultad para concentrarse y ansiedad entre otros.

-Excesiva conversión de testosterona en estrógeno (principalmente estradiol y estrona). Esta transformación es posibilitada por  la enzima aromatasa. Podríamos decir que ésta es una peor situación que la anterior, porque además de disminuir los niveles de testosterona, en la transformación,  se aumentan los estrógenos.  La baja cantidad de testosterona y alta producción de estrógeno, además de las características del apartado anterior habría que añadir el aumento de grasa corporal, y mayor rasgos femeninos en el hombre, pudiendo incluso producirse ginecomastia, que es el engrandecimiento patológico de las glándulas mamarias del hombre. En principio, un exceso de estrógenos podría ser metabolizado por el sistema enzimático citocromo P-450, si recordemos éste es el sistema empleado en la metabolización del ALCOHOL, principalmente cuando su ingesta es acusada, ésto significa que cuando se ingiere alcohol se aumentan los niveles de estrógenos en el organismo, pero por causa indirecta, al quedar inhibida su metabolización por la saturación de dicho complejo (además indirectamente el alcohol disminuye los niveles de Zinc, que son necesario para la fabricación de hormonas sexuales).

   Por otro lado sabemos que el tejido adiposo no es un tejido inerte, de él se derivan una serie de hormonas que pueden actuar en todo el organismo como puede ser la leptina, adiponectina, resistina, etc; también segrega una serie de citoquinas inflamatorias, como el Factor de Necrosis tumoral alfa, la Interleuquina 1 y 6, y por último también emite una serie de enzimas, entre las que se encuentra la aromatasa, ésto significa, que cuanto más tejido adiposo se tenga, mayor porcentaje de ésta enzima, y por ello mayor conversión hormonal de la testosterona a estradiol. Ésto se constituye en un auténtico circulo vicioso; a mayor cantidad de tejido adiposo, mayor cantidad de enzima aromatasa, y por tanto,  mayor transformación de la testosterona en estrógeno, lo que posibilita mayor acumulo de grasa y disminución del tejido muscular.

  El aumento del número de estrógenos posibilita que éstos se unan a los receptores de la testosterona impidiendo de éste modo su activación y disminuyendo el número de receptores libres que pueden ser utilizados, incluyendo los situados en el cerebro, por lo que también se limita la producción de nueva testosterona. Pero además cuando éstos estrógenos se unen a los receptores situados en la base del pene producen la atrofia de éste músculo impidiendo mantener erecciones.

-Excesiva cantidad de globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG). Ésta es una glicoproteína que se fija a la testosterona ( la albúmina también fija a la testosterona aunque en menor grado), de tal forma que cuanta más testosterona o DHA se unan a ella menor hormona libre queda para ejercer su función.  Hay que indicar que la SHBG tiene una afinidad decreciente por DHA, la testosterona y el estradiol. Ésto significa que va a limitar en mayor medida las cantidades circulantes de DHA y de testosterona que de  ESTRADIOL. Entre las causas de la elevación de dicha glicoproteína se encuentra los niveles elevados de estrógenos y el hipertiroidismo. Pero por contra,  los niveles elevados de insulina, andrógenos, IGF-1, monosacáridos (glucosa y fructosa), disminuyen su producción, algo que también resulta nocivo para la salud al quedar demostrado que en personas con sobrepeso los niveles bajos de SHBG son un biomarcador del síndrome metabólico y de mayor riesgo de diabetes. Como siempre, la virtud en el justo medio.

-Tóxicos ambientales como los Xenoestrógenos.- Éstas son sustancias creadas por el hombre que no existen en la naturaleza como tal, pero que tienen un comportamiento similar a los propios estrógenos, siendo por tanto de aplicación lo ya visto en los otros apartados.

  Existen multitud de productos con efectos estrogénicos como puede ser el bisfenol A (productos enlatados), DDT (insecticidas), bifenilos policlorados (PCBs) (pinturas, lubricantes, adhesivos , ftalatos (plásticos), parabenos (lociones), etc,etc; la lista es muy larga, pero la podéis encontrar fácilmente por  internet.


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