sábado, 20 de abril de 2013

DIETA CETOGÉNICA E INFLAMACIÓN II

   En días anteriores estuve hablando de las dietas cetogénicas y la inflamación, pero creo que es necesario aclarar un poco más éste asunto.

   Entiendo, que muchas de las personas que llegan a la paleodieta presentan un estado de salud más o menos adecuado, y lo único que pretenden es potenciarlo implementando unas pautas más naturales en su alimentación, pero otros en cambio, buscan en la paleodieta un remedio para restablecer su salud perdida, que en muchas ocasiones solo se manifiesta con ligero sobrepeso.

   Creo que realmente el problema de la salud comienza con un desequilibrio hormonal. El mantener durante tiempo unas pautas de alimentación desequilibradas puede alterar éste fino sistema que se encarga en realidad de la homeostasis del cuerpo.



   La modificación de nuestra dieta en la actualidad ha supuesto un giro de 180º con respecto a los alimentos consumidos en el paleolítico. Hemos de considerar que en aquella época los hidratos de carbono se componían exclusivamente de vegetales, frutas, tubérculos, frutos secos, hongos, etc, etc, es decir, unas fuentes con mucha cantidad de AGUA en su composición, lo que quiere decir que a pesar de consumirse grandes cantidades, poco era el porcentaje REAL de carbohidratos ingeridos. Hoy en día y con la tergiversación producida en nuestra comida, los hidratos de carbono han pasado a ser la base de la pirámide, pero la sustitución de esas fuentes vegetales por alimentos como los cereales, legumbres u otros ricos en azúcares han alterado completamente la antigua pirámide nutricional.

  Ése cambio supuso una alteración sin precedentes de nuestra homeostasis hormonal, a la que habría que añadir otro segundo giro destructivo, debido no solo a esa modificación de la pirámide nutricional, sino también a la aparición de una serie de alimentos que de por sí resultan nefastos para nuestra salud. En ellos se podría incluir los aditivos alimentarios, las grasas trans, el jarabe de maíz alto en fructosa y los alimentos modificados genéticamente entre otros etc, etc. Significa todo ésto que el camino emprendido por el ser humano desde principios del siglo XX, está realmente atentando contra la salud.

  Pero volviendo a la tergiversación de nuestra pirámide piramidal, donde se ha volcado el peso de nuestra comida en los hidratos de carbono, hemos de entender que esa simple modificación tiene una serie de consecuencias a nivel hormonal, suficientes como para explicar de por sí la plaga de obesidad que asola el planeta.

   Cuando consumimos hidratos de carbono, primeramente éstos servirán para rellenar nuestros depósitos de GLUCÓGENO muscular y hepático, una vez que ésto ocurre, ese exceso de glucosa, es transformada en grasa, principalmente en ÁCIDO PALMÍTICO. A nivel hepático, cuando tres de éstos ácidos grasos se unen a una molécula de glicerol se convierten en TRIGLICÉRIDOS, que finalmente son envueltos junto con proteínas y colesterol para dar lugar a una macromolécula llamada VLDL, que partirá del hígado para ser utilizada como combustible o almacenada en nuestro tejido.  Cuando el VLDL llega al cerebro, el ácido palmítico contenido en él, es capaz de afectar nuestro entorno hormonal disminuyendo nuestra sensibilidad a la LEPTINA (horma de la saciedad, cuando hay mucha leptina le estamos diciendo al cerebro que tenemos mucho combustible almacenado, para que éste regule el apetito y aumente el gasto energético), significa ésto que aunque tengamos suficiente cantidad de energía almacenada, vamos a seguir teniendo hambre, y por tanto tendremos más deseos de comer más carbohidratos y seguiremos alimentando éste proceso.

¿Qué sucede si éste problema se repite constantemente?, pues precisamente que el cuerpo ha de almacenar ese exceso de hidratos de carbono de la única forma que puede, es decir, como grasa. Y aquí es donde está realmente el problema. Cuanto más hidratos de carbono más grasa. Nuestro metabolismo se mantiene tan preocupado con la gestión de tanto azúcar que se ve imposibilitado de oxidar la grasa. Primero porque hormonalmente se ve impedido, niveles altos de insulina impiden la utilización de las grasas. Es decir, el exceso de hidratos es transformado en grasa, pero además la grasa dietética tampoco puede ser utilizada, por lo que simplemente es almacenada. Ésta IMPOSIBILIDAD DE GESTIONAR LOS ÁCIDOS GRASOS, MEDIANTE SU OXIDACIÓN es lo que está generando problemas graves de salud. Nuestro cuerpo se afana en quemar toda la glucosa que nos inunda, pero en esa gestión de la glucosa impide la utilización de los ácidos grasos, los cuales al no ser oxidados se depositan en todos los lugares, no solamente en nuestro tejido adiposo. Muchos de ésos ácidos grasos llegan al interior de la célula y al no ser transformados en energía (el cuerpo trata de deshacerse de toda la glucosa posible), se depositan en forma de diacilglicéidos, cerámidas o acil CoA de cadena larga en contacto con citoquinas inflamatorias. Éstas citoquinas son la otra parte de ésta triste historia. La gran mayoría, como el factor de necrosis tumoral alfa, provienen de nuestro propio tejido adiposo, pero también de cualquier parte de nuestro organismo que curse con inflamación, pero principalmente nuestro de nuestros intestinos.

  Ésta combinación de inflamación y ácidos grasos que se ven imposibilitados de ser oxidados en la mitocondria es la que causa resistencia a la insulina, es decir, si antes no podíamos gestionar la forma de almacenar las grasas ahora nos encontramos además que tampoco podemos hacer frente ya al exceso de glucosa

1 comentario:

  1. Yo llevo tres dias con la diet cetogenica y hoy me siento hinchada y veo el estomago inflamado, es normal?? Se pasa por si solo al continuar la dieta?? para solucionar esto??? Muchas gracias y espero su respuesta!

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